En la mirada hacia atrás desde la rampa del puente Mītavas, el pasado y el presente de Jelgava se entrelazan en un solo encuadre. En primer plano, el muro posterior del Teatro Estudiantil exhibe sus patrones geométricos tradicionales, un eco de la artesanía letona. Al fondo, dominando el horizonte invernal, se alza solitaria la torre de la Iglesia de la Santísima Trinidad, testigo silencioso de los estragos bélicos. Su estructura incompleta revela la herida dejada por la Segunda Guerra Mundial, cuando el templo fue severamente dañado, para luego ser completamente demolido por las autoridades soviéticas en 1954. Hoy, esta torre restaurada permanece como un símbolo de resistencia cultural entre la nieve y el cielo gris de Letonia.
(Título y texto de Claude AI).
Foto hecha con el móvil.
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Jelgava, Letonia.